La dieta puede mejorar el microbioma intestinal en los sobrevivientes del cáncer colorrectal
El ensayo procura determinar si agregar frijoles a la dieta afecta los marcadores del riesgo de cáncer y la salud metabólica
Una creciente evidencia ha demostrado que la dieta, la obesidad y el microbioma intestinal (la comunidad microbiana residente) tienen influencia en el riesgo de cáncer colorrectal. Reducir el riesgo de desarrollar cánceres recurrentes o nuevos es una importante inquietud para los sobrevivientes del cáncer colorrectal, pero los estudios de la dieta y el microbioma no se han concentrado en esta población específica. Para informar recomendaciones para los sobrevivientes del cáncer colorrectal, un innovador ensayo clínico se está concentrando en la modificación de la dieta—la incorporación de frijoles blancos—y en su efecto en el microbioma intestinal.
“Nosotros y otros hemos demostrado que la dieta deficiente, la obesidad y las condiciones inflamatorias y metabólicas asociadas contribuyen a la recurrencia de la enfermedad y a la mortalidad en los sobrevivientes del cáncer colorrectal”, dijo la Dra. Carrie Daniel-MacDougall, Ph.D., profesora adjunta del Departamento de Epidemiología del MD Anderson Cancer Center de la Universidad de Texas. La Dra. Daniel-MacDougall es la investigadora principal de un ensayo clínico en el cual se agregan frijoles a la dieta de sobrevivientes del cáncer colorrectal excedidos de peso u obesos, con la esperanza de reforzar sus microbiomas intestinales y mejorar su salud metabólica a fin de reducir su riesgo de sufrir cáncer y otras condiciones relacionadas con la obesidad.
Una sólida base de investigación
Se eligieron los frijoles para la intervención debido a que décadas de investigaciones publicadas sugieren que ellos pueden reducir el riesgo del cáncer colorrectal. A principios de la década de 1990, el Ensayo de Prevención de Pólipos del Instituto Nacional del Cáncer comprobó que los participantes del cuartil más alto de consumo de frijoles secos tenían un riesgo reducido de recurrencia de adenoma. Investigaciones de laboratorio llevadas a cabo en los años sucesivos demostraron que los frijoles prevenían la carcinogénesis colorrectal en ratones obesos inhibiendo los mecanismos inflamatorios.
“Los frijoles son ricos en proteína y fibra. La fibra es esencial para promover un microbioma comensal, o protector, lo cual es importante para el riesgo de cáncer”, dijo la Dra. Daniel-MacDougall. “Los frijoles también tienen altos niveles de antioxidantes y fitoquímicos. Son un prebiótico natural, y las investigaciones cardiovasculares los han establecido como un alimento que mejora los valores de colesterol”.
Ensayo clínico
La Dra. Daniel-MacDougall eligió los frijoles blancos para su ensayo clínico porque estos tienen un bajo contenido de los compuestos que causan gas; no tienen sabor fuerte ni color, por lo cual pueden ser incorporados fácilmente con otros alimentos. Además, la mayor parte de las personas no los come con frecuencia, y entonces será más sencillo verificar el efecto específico de agregarlos a la dieta. La fase piloto del Ensayo “Frijoles para enriquecer el microbioma intestinal contra los efectos negativos de la obesidad (BE GONE, por sus siglas en inglés; N.º 2016-0365) inscribió a 20 pacientes con pólipos adenomatosos. El análisis de los resultados se encuentra en curso.
Ahora se ha iniciado la segunda fase del ensayo con la inscripción de adultos excedidos de peso u obesos con historial de cáncer colorrectal, que hayan completado un tratamiento activo y tengan hábitos intestinales normalizados. Los participantes no pueden haber sido sometidos a resecciones de ciertas partes del colon ni tener restricciones alimenticias que impedirían el consumo de frijoles.
El ensayo utiliza un diseño cruzado en el cual cada participante ejerce como su propio control. Durante el período de control de 8 semanas, los participantes mantienen su dieta regular. Durante el período de intervención de 8 semanas, se incorporan frijoles blancos a su dieta regular (comenzando gradualmente y aumentando hasta 1 taza al día). Un dietista matriculado y el Centro de Investigaciones de Bionutrición de la División de Prevención del Cáncer y Ciencias de la Población ofrecen el apoyo necesario.
Durante el período del estudio, a los participantes se les extrae sangre cinco veces y ellos deben proporcionar siete muestras de materia fecal. Los resultados primarios a evaluarse son los cambios intraindividuales e interindividuales en perfiles 16S rRNA de materia fecal y metabolitos sanguíneos. También se estudiará la relación entre los cambios en el microbioma intestinal y los cambios en los biomarcadores del huésped, incluidos marcadores indirectos fecales establecidos de la inflamación e integridad intestinal, adipocitoquinas circulantes y un amplio perfil metabólico y lipidograma en sangre. Además, el equipo del estudio evaluará el efecto de la dieta y del microbioma de los participantes al inicio del estudio en su respuesta biológica a la intervención con frijoles.
“Las personas desean saber lo siguiente: ‘¿Qué alimento individual puedo comer para mejorar mi microbioma?’ o ‘¿Qué alimento individual puedo comer para reducir mi riesgo de cáncer?’”, dijo la Dra. Daniel-MacDougall. “Si nuestra investigación confirmara un impacto, la respuesta sería sencilla: ‘Simplemente, coma más frijoles’”.
Para más información, comuníquese con la Dra. Carrie Daniel-MacDougall llamando al 713-563-5783. Para obtener más información sobre el ensayo BE GONE, envíe un mensaje de correo electrónico a BEGONE@mdanderson.org o visite www.clinicaltrials.org y seleccione el estudio N.º 2016-0365.
OncoLog, Mayo-Junio 2018, Volumen 63, Números 5-6