La combinación de nivolumab más azacitidine es prometedora en la leucemia mielógena aguda recurrente
La incorporación del fármaco de inmunoterapia nivolumab a la terapia de rescate estándar con azacitidine puede beneficiar a algunos pacientes con leucemia mielógena aguda (AML) en quienes la terapia anterior haya fracasado. En un análisis preliminar de un ensayo clínico en curso (N.º 2014-0861) llevado a cabo en el MD Anderson Cancer Center de la Universidad de Texas, la combinación de nivolumab y azacitidine arrojó una tasa de respuesta y una mediana de duración de supervivencia general alentadoras.
El grupo del MD Anderson había comprobado anteriormente que la resistencia al tratamiento y los pobres resultados en cuanto a supervivencia general en pacientes con AML tratados con agentes epigenéticos como azacitidine o decitabine podían estar vinculados con la regulación incremental de proteínas de puntos de control inmunitario, como PD-1 (proteína de muerte celular programada 1). El nivolumab, que inhibe a la PD-1, puede ayudar a superar tal resistencia y mejorar las tasas de respuesta y la duración de la supervivencia.
“La combinación de azacitidine y nivolumab mostró una tasa de respuesta de 34%, una cifra muy favorable en comparación con la tasa de respuesta histórica de 12% a 15% registrada en pacientes con AML recurrente tratados con azacitidine exclusivamente”, dijo el Dr. Naval Daver, profesor adjunto del Departamento de Leucemia. Agregó que la tasa de remisión completa en el ensayo fue de 22%, y todas menos una de estas remisiones se prolongaron al menos 7 meses.
Cincuenta y tres pacientes del ensayo de fase II y grupo único de azacitidine y nivolumab fueron elegibles para análisis de supervivencia, el cual mostró una mediana de supervivencia general de 6.0 meses. Una cohorte histórica de pacientes con AML que recibieron terapia de rescate con azacitidine exclusivamente registró una mediana de supervivencia general de 4.1 meses. En el caso de los pacientes del ensayo que habían recibido una sola terapia previa, la mediana de supervivencia general fue 9.3 meses. Esta es una cifra favorable si se la compara con las duraciones históricas de 4.5 meses en pacientes similares.
“Se requiere un seguimiento más prolongado para confirmar la durabilidad de las respuestas y el beneficio para la supervivencia general”, dijo el Dr. Daver. “Será de especial importancia hacer un seguimiento de la cola de la curva de supervivencia y comprobar si quienes presentan las respuestas logran supervivencia a largo plazo, dado que este ha sido el beneficio más importante de las estrategias basadas en inhibidores de puntos de control en tumores sólidos”.
Un paciente del ensayo murió a causa de neumonitis/epiglotitis. Otros eventos adversos incluyeron nefritis, erupción cutánea y colitis, todos los cuales fueron manejados con esteroides sistémicos.
El Dr. Daver y sus colegas presentaron sus hallazgos preliminares en diciembre en la 58a. Reunión Anual de la Sociedad Americana de Hematología.
OncoLog, Enero 2016, Volumen 62, Número 1