Visita a domicilio: El cáncer y el trastorno por estrés postraumático
Los pacientes oncológicos con trastorno por estrés postraumático disponen de ayuda
Si bien muchas personas asocian el trastorno por estrés postraumático (PTSD, por sus siglas en inglés) con los veteranos que regresan de la guerra o con las víctimas de delitos violentos, el PTSD puede ocurrir en cualquier persona que haya tenido una experiencia con riesgo para la vida, incluso los pacientes que tuvieron cáncer. El trastorno por estrés postraumático puede ser causado por cualquier suceso traumático importante, como resultar gravemente herido o ver morir a una persona. El PTSD hace que una persona tenga pensamientos y sentimientos negativos que afectan la vida diaria mucho después de que la situación traumática ha pasado.
Alrededor de un 5% de pacientes con cáncer tienen el trastorno por estrés postraumático. Los pacientes con cáncer son más propensos a desarrollar PTSD relacionado con el cáncer si son jóvenes y se les diagnostica una enfermedad avanzada, o se someten a tratamientos invasivos como la cirugía. También es más probable que desarrollen trastorno por estrés postraumático los pacientes con cáncer que no tienen suficiente apoyo a nivel social o que hayan tenido PTSD u otras condiciones psicológicas previamente. Afortunadamente, los pacientes con este trastorno disponen de ayuda.
“El cáncer no es por cierto algo sencillo de superar, como no lo es su tratamiento ni enfrentar PTSD, estrés, depresión o cualquiera de esas cosas”, dijo la Dra. Catherine Powers-James, Ph.D, psicóloga del Programa de Medicina Integral del MD Anderson Cancer Center de la Universidad de Texas. “Pero no es algo que el paciente deba hacer solo”.
Reconocer el trastorno por estrés postraumático o PTSD
Las personas con PTSD pueden tener los siguientes síntomas:
- recuerdos, pesadillas o escenas retrospectivas persistentes e involuntarias sobre el suceso traumático;
- necesidad imperiosa de evitar situaciones relacionadas con el suceso traumático;
- cambios negativos en el pensamiento o el estado de ánimo; y
- irritabilidad o agresión, estado de alerta, sobresaltarse fácilmente, conducta de riesgo o destructiva, dificultad para concentrarse y/o dificultad para dormir.
En personas con PTSD, estos síntomas se prolongan durante más de un mes, causan angustia o interfieren en la vida diaria, y no se deben a ninguna causa que no sea el suceso traumático. Un diagnóstico de trastorno por estrés postraumático puede ser confirmado solo por un proveedor de cuidado de la salud mental, como un psiquiatra o un psicólogo.
Para las personas con síntomas de PTSD, el Centro Nacional para el Trastorno por Estrés Postraumático sugiere algunos primeros pasos hacia un diagnóstico en http://bit.ly/2JbU6GQ, y en http://bit.ly/2ucDsBg puede encontrarse una herramienta para la detección del PTSD de la Asociación de Trastornos de Ansiedad y Depresión de América. En el MD Anderson, los psicólogos del Programa de Medicina Integral pueden diagnosticar PTSD.
Tratamiento del trastorno por estrés postraumático
Afortunadamente, la terapia puede ayudar a aliviar los síntomas de este trastorno. Los tratamientos más eficaces para el PTSD son la terapia de exposición prolongada y la terapia de procesamiento cognitivo. En la terapia de exposición prolongada, los pacientes son expuestos gradualmente y en forma segura a las fuentes de su suceso traumático, tanto por medio de la imaginación como en la realidad. En la terapia de procesamiento cognitivo, los pacientes hablan sobre su experiencia traumática e identifican pensamientos de angustia relacionados con el trauma. Estos pensamientos de angustia suelen incluir preocupación por la seguridad y cuestiones relacionadas con la confianza, el poder y el control, la estima y la intimidad.
“Uno de los grandes problemas del PTSD es que las personas tratan de evitar lo que les recuerda el suceso traumático, pero comienzan a generalizar, por lo cual repentinamente se encuentran evitando muchas cosas en sus vidas”, dijo la Dra. Powers-James. “La terapia de procesamiento cognitivo y la terapia de exposición ayudan a eliminar parte de esa evasión”.
En otra forma de terapia para el PTSD, llamada escritura expresiva, los pacientes escriben sobre sus experiencias traumáticas durante las sesiones de terapia. En el caso de algunos pacientes con PTSD, puede ser apropiado recetar antidepresivos.
En el sitio web del Centro Nacional para el Trastorno por Estrés Postraumático, http://bit.ly/2KKBQ8U, se puede obtener asesoramiento para encontrar un terapeuta que puede tratar el PTSD.
Mejor salud mental después del cáncer
Muchos sobrevivientes del cáncer informan cambios psicológicos positivos, como mejores relaciones, más pasión o un aprecio más grande por la vida. Este resultado, llamado crecimiento postraumático, puede ser un objetivo para los pacientes con cáncer que están recibiendo terapia por cuestiones de salud mental. El crecimiento postraumático puede ser alentado reflexionando sobre la experiencia traumática, encontrando una sensación de seguridad restablecida, escribiendo en un diario, visualizando la vida después del trauma y reconociendo lo negativo, y descifrando cómo dio lugar al crecimiento. Este crecimiento también puede nutrirse estableciendo conexión con otras personas o compartiendo la propia historia.
“El crecimiento postraumático es un proceso gradual”, dijo la Dra. Powers-James. “Incluso si actualmente está experimentando PTSD u otro problema psicológico, existen recursos para ayudarle y, con suerte, podremos llevarlo a ese otro lado donde sentirá que está viviendo un estilo de vida mejor, más saludable que antes”.
– S. Bronson
Para más información, consulte a su médico, comuníquese con el Programa de Medicina Integral llamando al 713-794-4700 o visite www.mdanderson.org.