Terapia preserva función deglutoria
Un nuevo ensayo prueba distintos regímenes de terapia de deglución para pacientes con cáncer de cabeza y cuello que reciben radioterapia
La radioterapia es curativa para numerosos cánceres de cabeza y cuello, pero puede dar lugar a disfagia. Esto reduce la calidad de vida de los pacientes y los pone en riesgo de sufrir desnutrición y neumonía. Si bien la terapia de deglución concurrente durante la radioterapia en el cuello puede ayudar a los pacientes a evitar o disminuir el impacto de la disfagia, aún se desconoce el enfoque óptimo de la terapia de deglución. Para determinar la sincronización y la intensidad correctas de la terapia de deglución, los investigadores del MD Anderson Cancer Center de la Universidad de Texas están dirigiendo un ensayo multicéntrico aleatorizado.
“Tenemos datos de ensayos pequeños, de centros individuales, y estudios retrospectivos que demuestran que la terapia de deglución de alta intensidad ayuda a los pacientes a mantener su capacidad para digerir mientras se le administra radioterapia en el cuello”, dijo la Dra. Kate Hutcheson, Ph.D, profesora asociada del Departamento de Cirugía de Cabeza y Cuello y directora asociada de investigación para la Sección de Patología del Habla y Audiología. “Sin embargo, una reciente revisión Cochrane no pudo identificar la mejor práctica en esta área, aduciendo falta de ensayos clínicos aleatorizados con poder estadístico suficiente”.
Para reunir datos a fin de establecer pautas sobre la terapia de deglución, la Dra. Hutcheson y sus colegas diseñaron un ensayo clínico aleatorizado que compara la terapia de deglución reactiva (es decir, la terapia administrada después de que el paciente desarrolla disfagia) con dos enfoques proactivos de distintas intensidades. El ensayo, llamado PRO-ACTIVE (N.º NCT03455608), comenzó hace poco a inscribir a pacientes que planean someterse a radioterapia con intención curativa debido a cáncer de cabeza y cuello.
Ensayo clínico
El ensayo PRO-ACTIVE está abierto a los pacientes que recibirán radioterapia en ambos lados del cuello, con una dosis total de al menos 60 Gy durante más de 6-7 semanas. Se excluyen los pacientes con disfagia en el momento de la inscripción. Al inscribirse, cada paciente es asignado aleatoriamente al grupo de tratamiento reactivo, proactivo de baja intensidad o proactivo de alta intensidad.
Los pacientes en el grupo de tratamiento reactivo no reciben inicialmente terapia de deglución. Sus síntomas se monitorean a lo largo de la administración de su radioterapia mediante un cuestionario semanal, y aquellos que desarrollan síntomas de dificultades de deglución, como la tendencia a atragantarse con alimentos y líquidos o que pasan a depender de sondas de alimentación, comienzan a recibir terapia de deglución de alta intensidad cuando aparecen los síntomas.
Los pacientes en el grupo de tratamiento proactivo de baja intensidad ven a un patólogo del habla al comenzar la radioterapia y cada 2 semanas a partir de entonces. El patólogo del habla les enseña a los pacientes una rutina para la hora de comer que promueve el mantenimiento de una ingesta de alimentos segura y desafiante durante la radioterapia. Este régimen de la terapia de deglución se basa en la premisa de que el mantener los músculos activos comiendo puede preservar la función. El patólogo del habla también les enseña a los pacientes a pensar en la comida como algo que ofrece distintos niveles de desafíos de deglución, y cada uno de esos desafíos representa un escalón en una escalera (figura a continuación). “El objetivo es mantener a los pacientes tan alto en la escalera como sea posible y durante tanto tiempo como sea posible durante la radioterapia”, dijo la Dra. Hutcheson.
Los pacientes en el grupo de tratamiento de alta intensidad siguen el mismo régimen que aquellos del grupo de baja intensidad, pero también realizan ejercicios de deglución a diario con el fin de fortalecer los músculos utilizados para tragar. Este régimen es similar al utilizado en el programa de terapia de deglución preventiva del MD Anderson (vea “Terapia de deglución para pacientes con cáncer de cabeza y cuello”, OncoLog, febrero de 2016).
La eficacia de cada abordaje de tratamiento será determinada por la evaluación de la duración de la dependencia de las sondas de alimentación en los pacientes, la fuerza para tragar según las mediciones de la videofluoroscopia y las puntuaciones en los cuestionarios sobre síntomas y calidad de vida. “Nuestra hipótesis es que el tratamiento proactivo de alta intensidad tendrá los mejores resultados, pero podríamos comprobar que uno de los tratamientos de carga más baja y recursos más bajos ofrece a los pacientes una manera menos exigente de mantener su capacidad para tragar”, dijo la Dra. Hutcheson.
Acceso en expansión
El ensayo PRO-ACTIVE está inscribiendo a pacientes en múltiples centros de los Estados Unidos y Canadá. En el área de Houston, el ensayo se encuentra abierto a pacientes en el campus principal del MD Anderson, en el Texas Medical Center, así como en sus centros de Sugar Land, Bay Area y Katy.
“Anteriormente, los pacientes que recibían radioterapia en nuestros otros centros en torno a Houston tenían que venir al campus principal si necesitaban terapia de deglución”, dijo la Dra. Hutcheson. “Pero ahora, además de brindar terapia de deglución, según lo previsto esos centros incorporarán servicios adicionales de patología del habla para nuestros pacientes con cáncer de cabeza y cuello”.
Para más información, comuníquese con la Dra. Kate Hutcheson llamando al 713-792-6513 o escribiendo a karnold@mdanderson.org. Para obtener más información sobre ensayos clínicos en el MD Anderson, visite www.clinicaltrials.org.