Oncofísica del transporte y cáncer pancreático
La evaluación cuantitativa de las imágenes de las propiedades del transporte pueden guiar el tratamiento de los adenocarcinomas ductales pancreáticos
Los adenocarcinomas ductales pancreáticos no tienen una buena respuesta a los tratamientos estandarizados. Los investigadores del MD Anderson Cancer Center de la Universidad de Texas están aplicando los principios de la física para caracterizar los tumores, y esos análisis pueden conducir a una terapia individualizada.
La disciplina relativamente nueva de la oncofísica del transporte describe de qué manera las propiedades físicas de tumores individuales afectan el transporte de los fármacos de la quimioterapia a las células cancerosas.
Por ejemplo, la gemcitabina debe ser capaz de cruzar compartimientos vasculares, extracelulares, celulares y moleculares para ser efectiva. En algunos tumores sólidos, como el adenocarcinoma ductal pancreático, ciertas características físicas de esos mecanismos de transporte contribuyen a la resistencia al tratamiento.
“Onkos, la raíz griega de la palabra oncología, significa masa”, dijo el Dr. Eugene Koay, Ph.D., profesor adjunto de la División de Oncología Radiológica. “Los antiguos sabían que los tumores tienen propiedades físicas diferentes a las del tejido normal, y desde hace poco los oncólogos vuelven a la idea de que esas propiedades físicas son un reflejo de la biología subyacente de los tumores y pueden darnos información del pronóstico de los pacientes y de la probabilidad de respuesta a tratamientos específicos”.
Propiedades físicas y obstáculos para el tratamiento
Alrededor del 80% de los pacientes que tienen adenocarcinoma ductal pancreático presentan enfermedad no resecable, que suele tratarse con fármacos de quimioterapia tales como la gemcitabina. Sin embargo, los índices de respuesta son desalentadores, en parte porque los obstáculos físicos de los tumores evitan la administración efectiva de la gemcitabina y otros fármacos citotóxicos de la quimioterapia.
Lamentablemente, faltan biomarcadores que permitan predecir la respuesta a tratamientos específicos para el adenocarcinoma ductal pancreático. El único biomarcador disponible en este momento es el nivel de CA19-9 sérico: un nivel elevado se asocia con una menor supervivencia. No obstante, las pruebas de CA19-9 sérico tienen varias limitaciones, incluida la baja sensibilidad, resultados de falsos negativos en pacientes que tienen el alelo recesivo de los dos tipos de antígenos de Lewis, y resultados de falsos positivos en pacientes con ictericia obstructiva.
Evaluación cuantitativa de imágenes de propiedades del transporte
La oncofísica del transporte puede ayudar a brindar nuevos biomarcadores basados en las características físicas del adenocarcinoma ductal pancreático. Con ese fin, el Dr. Koay y sus colaboradores desarrollaron un modelo matemático para medir las propiedades del transporte de masa mediante el uso de las tomografías computarizadas (CT) mejoradas con contraste con protocolo pancreático de rutina en pacientes con adenocarcinoma ductal pancreático. Los investigadores pueden usar el modelo matemático para rastrear los cambios con mejora del contraste del tejido normal y del tejido canceroso entre las fases de las CT.
Específicamente, el modelo representa la densidad variable del tejido como una función de tiempo: los cambios de la densidad del tejido se miden por la transferencia de moléculas del agente de contraste a través de las paredes de los vasos a ciertas velocidades y por las tasas de eliminación de la vasculatura. Esos cálculos les permiten a los investigadores obtener información de la densidad del estroma y los vasos de los tumores.
El Dr. Koay y sus colegas aplicaron esta técnica cuantitativa en un ensayo clínico de infusión de gemcitabina intraoperativa en 12 pacientes con adenocarcinoma ductal pancreático. El análisis cuantitativo de las CT mejoradas con contraste realizadas antes de la cirugía reveló una correlación negativa entre el grado de mejora del contraste en los tumores y la administración de gemcitabina. La correlación es negativa, explicó el Dr. Koay, porque un alto grado de mejora indica estroma denso, lo cual impide el transporte del fármaco.
Para explorar más la relación entre los resultados de las CT y los del tratamiento, el Dr. Koay y sus colegas evaluaron de forma retrospectiva las CT mejoradas con contraste previas al tratamiento de 110 pacientes tratadas con quimiorradiación por adenocarcinoma ductal pancreático en dos ensayos clínicos. El grado de mejora de las CT se asoció con la respuesta patológica a la quimiorradiación y la supervivencia general, lo que indica que las propiedades de transporte de los tumores pancreáticos pueden usarse como un biomarcador. Esta información puede ser útil para las estrategias terapéuticas dirigidas al estroma y la vasculatura de los adenocarcinomas ductales pancreáticos.
Densidad estromal
Una característica de los adenocarcinomas ductales pancreáticos es el estroma denso. El Dr. Koay dijo: “El rol del estroma denso es complejo. El estroma parece impedir parcialmente la propagación de las células del cáncer pancreático a otros órganos, pero también actúa como un obstáculo entre la quimioterapia y las células tumorales”. También notó que la cantidad de estroma varía de un paciente a otro y de una región a otra dentro de un tumor individual.
Las variaciones en la densidad estromal indican una necesidad de individualizar estrategias terapéuticas dirigidas al estroma tumoral. Estudios anteriores de cáncer pancreático en modelos de animales mostraron que el agotamiento del estroma con agentes que inhiben la vía de señalización de Hedgehog ayudaron en la administración de la quimioterapia, pero los pacientes tratados con esta estrategia de agotamiento estromal en un ensayo clínico tuvieron resultados de supervivencia más deficientes que los pacientes tratados con gemcitabina sola. Sin embargo, en ese ensayo no se estratificó a los pacientes por densidad estromal.
La evaluación cuantitativa de las imágenes de oncofísica de transporte puede abordar la necesidad de estratificación en ensayos clínicos y así ayudar a identificar a los pacientes con mayores probabilidades de beneficiarse de ciertas estrategias de tratamiento. Por ejemplo, en el ensayo de infusión de gemcitabina intraoperativa, el grupo del Dr. Koay observó que la captación de gemcitabina tenía una correlación negativa con la densidad del estroma tumoral y una correlación positiva con la captación del equilibrador humano transportador de nucleósidos 1 (hENT1), la principal proteína de transporte que permite que los agentes de quimioterapia ingresen al compartimiento celular.
El adenocarcinoma ductal pancreático también se caracteriza por una respuesta desmoplástica extensa que produce grandes células estromales y abundante ácido hialurónico. El ácido hialurónico atrapa agua, lo que produce una alta presión de líquido intersticial en el estroma tumoral. Esa presión se convierte en un obstáculo para la administración efectiva de la quimioterapia.
Los investigadores de otras instituciones en este momento están
investigando si la degradación enzimática del ácido hialurónico en el
adenocarcinoma ductal pancreático puede reducir la presión
intersticial y mejorar la administración de la quimioterapia. El uso
de la evaluación cuantitativa de las imágenes para identificar
diferencias en la cantidad y la composición estromal puede ayudar a
identificar a los pacientes que tienen más probabilidades de
beneficiarse de esta estrategia. Este es el tema de las
investigaciones actuales del laboratorio del Dr. Koay.
Densidad de los vasos
El adenocarcinoma ductal pancreático también se caracteriza por la hipovascularidad y la resistencia a la radioterapia. La resistencia puede producirse por diversos factores, incluida la relativa hipoxia del tumor, la alta presión del líquido intersticial y la radiorresistencia intrínseca de las células tumorales. La radiación induce la expresión del factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF, por sus siglas en inglés), que contribuye a la hipoxia y así puede aumentar la resistencia a futuros tratamientos con radiación.
En ensayos clínicos anteriores realizados en el MD Anderson se intentó utilizar el inhibidor de VEGF bevacizumab para sensibilizar el adenocarcinoma ductal pancreático a la radioterapia. Aunque la mayoría de los pacientes no se beneficiaron del agregado de bevacizumab, varios sobrevivieron más de 2 años. Los pacientes de esos ensayos no se estratificaron de acuerdo con marcadores de angiogénesis, pero el Dr. Koay hipotetiza que los pacientes que se beneficiaron del bevacizumab tenían una microvasculatura más densa que los pacientes que no se beneficiaron. La evaluación cuantitativa de las imágenes de la densidad de los vasos puede ayudar a identificar a los pacientes que podrían beneficiarse de bevacizumab u otros inhibidores de la angiogénesis, revigorizando una estrategia de tratamiento “fallida” para esta enfermedad para un subconjunto de pacientes.
Direcciones para el futuro
La mayoría de los estudios anteriores del Dr. Koay de evaluación cuantitativa de imágenes eran retrospectivos, y él actualmente está validando la evaluación cuantitativa de las imágenes de manera prospectiva como investigador principal de un ensayo clínico del MD Anderson (PA14-0319 o NCT02361320). Para el ensayo se están reclutando pacientes con cáncer pancreático no resecable o resecable límite, y el Dr. Koay espera tener resultados en un plazo de 2 años.
El Dr. Koay también está trabajando con grupos colaborativos tales como Alliance for Clinical Trials in Oncology (Alianza para Ensayos Clínicos en Oncología), SWOG y NRG Oncology para integrar sus métodos a ensayos clínicos en curso. La evaluación cuantitativa de las imágenes de las propiedades del transporte de los tumores pancreáticos puede brindar información antes del comienzo del tratamiento, y esa evaluación no suma costos de atención de salud porque las CT forman parte de la evaluación de rutina de esta enfermedad. De hecho, el trabajo del Dr. Koay se incorporó a los programas MD Anderson Moon Shot para los cánceres pancreático, colorrectal y pulmonar.
Además de mejorar la planificación del tratamiento, la oncofísica del transporte puede fomentar la comprensión de procesos relevantes desde el punto de vista clínico, tales como la tumorigénesis y la metástasis. “Este es un momento interesante para la oncología y el concepto de la oncofísica del transporte”, dijo el Dr. Koay. “Los físicos y los médicos están comunicando y reconociendo que el cáncer es biológica y físicamente diferente al tejido sano, y los Institutos Nacionales de Salud respaldan el uso de las ciencias físicas para comprender esa enfermedad. Si pudiéramos combinar evaluaciones cuantitativas de imágenes con biomarcadores tradicionales, podríamos dirigir estrategias terapéuticas racionalmente para los pacientes y mejorarles los resultados”.
Para obtener más información, escríbale al Dr. Eugene Koay a ekoay@mdanderson.org.
Lectura complementaria
Koay EJ, Amer AM, Baio FE y col. Toward stratification of patients with pancreatic cancer: Past lessons from traditional approaches and future applications with physical biomarkers. Cancer Lett. 2016. Fecha de impresión: 10.1016/j.canlet. 2015.12.006. [Publicación electrónica anterior a la publicación impresa]
Koay EJ, Truty MJ, Cristini V y col. Transport properties of pancreatic cancer describe gemcitabine delivery and response. J Clin Invest. 2014; 124:1525–1536.
OncoLog, Septiembre 2016, Volumen 61, Número 9