Informes del Simposio de Investigación sobre Supervivencia
Investigación sobre virus BK, insuficiencia cardíaca y aspiración en sobrevivientes del cáncer
Profesionales clínicos e investigadores de todo el territorio de los Estados Unidos se reunieron en febrero en el MD Anderson Cancer Center de la Universidad de Texas para hablar sobre las tendencias emergentes en relación con la supervivencia al cáncer. “Este campo ha prosperado hasta el punto en que es necesario hablar sobre la ciencia de la supervivencia”, dijo el Dr. Ethan Dmitrovsky, vicerrector y vicepresidente ejecutivo, en su alocución inicial en el Quinto Simposio de Investigación sobre el Estado de la Ciencia de Supervivencia al Cáncer.
Entre las investigaciones presentadas en el simposio hubo tres informes de investigaciones preliminares llevadas a cabo en el MD Anderson para abordar importantes problemas de salud en los sobrevivientes del cáncer.
El virus BK afecta la supervivencia después del trasplante de células madre
El virus BK se presenta en un porcentaje de receptores de trasplante alogénico de células madre que se estima en un 70%. Si bien por lo general es inactivo en personas sanas, el virus BK puede despertarse y causar cistitis hemorrágica, nefritis y estenosis de uréter en pacientes inmunodeprimidos como los que se someten a un trasplante alogénico de células madre. Para evaluar las características asociadas con el virus BK y su efecto en la supervivencia después del trasplante de células madre en pacientes con cáncer, los investigadores llevaron a cabo un estudio retrospectivo de casi 2500 pacientes sometidos a trasplante alogénico de células madre por cualquier neoplasia entre 2004 y 2012. “Actualmente, no existen protocolos para detectar y prevenir el virus en estos pacientes”, dijo la Dra. Ala Abudayyeh, profesora asistente de la Sección de Nefrología de la División de Medicina Interna, quien dirigió el estudio.
Debido a que, por lo general, solo se hace la prueba del virus BK a los pacientes si desarrollan síntomas urinarios, apenas 901 de los 2477 pacientes habían recibido esta prueba; de estos 901 pacientes, 629 obtuvieron resultados positivos.
Los investigadores llevaron a cabo análisis multivariables para comparar las características y los resultados de los pacientes que obtuvieron resultados positivos para el virus con aquellos de los pacientes que arrojaron resultados negativos y de los pacientes no sometidos a la prueba.
En comparación con los pacientes con resultados negativos y no sometidos a la prueba del virus BK, los pacientes con resultados positivos para dicho virus tuvieron peores resultados de supervivencia general. Entre los pacientes con resultados positivos para el virus BK, las cargas virales más altas se asociaron a resultados peores en cuanto a supervivencia general.
Además, los investigadores también comprobaron que los factores de riesgo para el virus BK sintomático incluyeron diagnósticos con un tumor sólido, recepción de regímenes de acondicionamiento mieloablativo y falta de compatibilidad de HLA (antígeno leucocitario humano) entre el donante y el paciente. Utilizando estos tres factores, la Dra. Abudayyeh y sus colegas desarrollaron una escala de calificación para identificar los receptores de trasplantes alogénicos de células madre con alto riesgo de sufrir complicaciones relacionadas con el virus BK.
Actualmente, los investigadores están trabajando para validar la escala en otra cohorte de pacientes retrospectiva. Debido a que ahora se dispone de tratamientos experimentales para el virus BK (ver Células T específicas para virus tratan infecciones posteriores al trasplante, OncoLog, marzo de 2017), la Dra. Abudayyeh espera que la escala dé lugar al establecimiento de criterios de selección que permitan diagnosticar y tratar a los pacientes con infecciones de virus BK antes de que ocurran síntomas graves.
Los medicamentos para la insuficiencia cardíaca pueden retirarse en algunos supervivientes del cáncer después de su recuperación de la disfunción del ventrículo izquierdo inducida por la quimioterapia
La disfunción del ventrículo izquierdo inducida por la quimioterapia puede ocurrir en forma aguda o muchos años después del tratamiento oncológico. Si bien los medicamentos empleados para tratar la insuficiencia cardíaca—beta bloqueadores, inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (ACE) o bloqueadores de los receptores de angiotensina—pueden restablecer la fracción de eyección del ventrículo izquierdo en pacientes con disfunción del ventrículo izquierdo inducida por la quimioterapia, no está claro cuánto tiempo estos pacientes deben permanecer en tratamiento con medicamentos para la insuficiencia cardíaca debido a que las pautas generales para estos medicamentos se basan en ensayos clínicos que excluyeron a pacientes con cáncer.
En un ensayo clínico en curso, Recuperación de la Disfunción del Ventrículo Izquierdo en Pacientes con Cáncer (RECAP, N.º 2012-0379), a los sobrevivientes del cáncer con disfunción del ventrículo izquierdo inducida por quimioterapia con fracción de eyección del ventrículo izquierdo recuperada (es decir, fracción de eyección del ventrículo izquierdo de al menos 50% durante un mínimo de 6 meses) se los está retirando gradualmente de sus medicamentos para la insuficiencia cardíaca. Los pacientes que tenían enfermedad cardíaca en curso o historial de isquemia miocárdica, diabetes, palpitaciones o hipertensión fueron excluidos del ensayo, el cual recientemente completó la inscripción.
Los beta bloqueadores, inhibidores de ACE o bloqueadores de los receptores de angiotensina se retiran gradualmente a estos pacientes del ensayo bajo estricta supervisión y luego estos son monitoreados mediante ecocardiograma y cuestionarios sobre síntomas a intervalos regulares. Si bien el ensayo aún se encuentra en curso, los resultados iniciales son prometedores. La Dra. Anecita Fadol, Ph.D., profesora asistente del Departamento de Enfermería y principal investigadora del ensayo, dijo: “Estamos comprobando que los medicamentos para la insuficiencia cardíaca pueden retirarse en pacientes seleccionados, y estos mantienen su fracción de eyección del ventrículo izquierdo”.
El ejercicio muscular espiratorio reduce la aspiración en los sobrevivientes del cáncer de cabeza y cuello
La radioterapia para los cánceres de cabeza y cuello suele causar a los pacientes disfagia deglutoria y aspiración crónica, lo cual aumenta el riesgo de que sufran neumonía. Se ha comprobado que los pacientes que sufren aspiración o tienen tal riesgo debido a condiciones como enfermedad de Parkinson, accidente cerebrovascular o esclerosis lateral amiotrófica se ven beneficiados por una estrategia para reducir la aspiración, el entrenamiento en resistencia muscular espiratoria (EMST). Un ensayo clínico en curso (N.º 2015-0238) está investigando si el EMST también puede beneficiar a los sobrevivientes de cáncer de cabeza y cuello con aspiración crónica debido a la radioterapia.
El EMST se lleva a cabo utilizando un dispositivo manual en el cual el paciente sopla para abrir una válvula con carga de resortes. Este entrenamiento de resistencia tiene como fin generar fuerza espiratoria en el paciente y permitirle expectorar líquido aspirado, lo cual reduce el riesgo de neumonía. Los datos de estudios anteriores sugieren que el EMST también reduce la aspiración desarrollando músculos relacionados con la deglución.
El ensayo en sobrevivientes del cáncer es dirigido por la Dra. Katherine Hutcheson, Ph.D., profesora adjunta del Departamento de Cirugía de Cabeza y Cuello. Los criterios de valoración primarios del ensayo son aclarar la relación entre la aspiración y la función espiratoria, así como evaluar el beneficio clínico del EMST en pacientes con aspiración crónica como resultado de la radioterapia por cáncer de cabeza y cuello.
Antes de iniciar el ensayo, la Dra. Hutcheson y sus colegas obtuvieron datos piloto de una serie de 64 pacientes con cáncer de cabeza y cuello, todos los cuales fueron evaluados en cuanto a deglución y función espiratoria después de completar radioterapia y 26 de los cuales fueron sometidos a EMST. En su estudio de la función espiratoria de los pacientes, los investigadores comprobaron que los pacientes que sufrieron aspiración tenían una fuerza respiratoria más baja de la normal. Asimismo, los 23 pacientes que completaron el protocolo EMST (tres no completaron el programa de ejercicio) registraron una mejora de 57% en la media de presión espiratoria máxima respecto del valor de referencia. Además, un 30% de estos pacientes registró una reducción en la gravedad de su aspiración, según la medición de un estudio de deglución con bario.
“El EMST parece ser bien tolerado, con excelente cumplimiento terapéutico”, dijo la Dra. Hutcheson. “Además, los pacientes también tuvieron mejores puntuaciones en los cuestionarios sobre calidad de vida”.
Para más información, los médicos pueden comunicarse con la Oficina de Supervivencia al Cáncer del MD Anderson en survivorship@mdanderson.org.
OncoLog, Abril 2017, Volumen 62, Número 4